Darle chupete a tu bebé es una de las tantas decisiones a las que serás confrontada cuando él o ella nazca. Por eso es mejor ir pensando en los pros y contras para que ya tengas clara tu posición antes de llevar al bebé a casa. Aquí te compartiré datos y tips que espero te ayuden a aclarar tus dudas, pero partamos de la base que no es ni buena ni mala idea ofrecerle a tu bebé el chupete. Es una decisión muy personal que simplemente debes tomar de manera informada.
Para entender porqué existen los chupetes tenemos que conocer un poco sobre la fisiología del bebé. Tu bebé nacerá con el reflejo primitivo de búsqueda. Cuando siente el pezón de la mamá rozando contra su mejilla él volteará la cara para “buscarlo” y una vez tenga el pezón en su boca inmediatamente comenzará a chupar. Esto lo hace por instinto y se llama el reflejo de succión.
La sobrevivencia del bebé depende de su reflejo de succión. Es tan importante que lo empieza a practicar mucho tiempo antes de salir al mundo. Seguramente has visto a los bebés succionando en las ecografías y algunos hasta chupándose el dedo. Es lógico entonces que a los bebés les guste tanto succionar, porque les recuerda estar en el vientre de su mamá. El reflejo de succión es una de las cinco sensaciones principales que el bebé experimenta durante el embarazo y que lo calmarán si se logran imitar cuando nazca. Las otras cuatro son envoltura, posición de lado o boca-abajo, ruido de fondo y movimientos que imitan cuando flotaba dentro del líquido amniótico. Para el propósito de este artículo nos enfocaremos exclusivamente en el reflejo de succión.
El poder de la succión es extraordinario en un bebé alterado. Inmediatamente le baja el ritmo cardiaco, la presión arterial y su nivel de estrés. Inclusive ayuda a calmarlo después de alguna vacuna o examen de sangre. No siempre es factible ofrecerle el pecho de la mamá a un bebé alterado y es por eso que existen los chupetes.
A un bebé de lactancia materna exclusiva no se le puede ofrecer un chupete hasta que no tenga bien establecida su rutina de apego, al contrario a un bebé alimentado por biberón que sí puede recibir un chupete desde que nace.
Algunos padres optan por no ofrecerle chupete a su bebé por miedo a que se convierta en una adicción, pero si el bebé necesita chupar o succionar para calmarse lo hará con su propio dedo en cuanto lo encuentre. Hay expertos que dicen que es más fácil quitarle el chupete al niño cuando esté más grande que tratar de eliminar la costumbre de chuparse el dedo.
Una succión muy fuerte puede causar presión en los oídos. Si tu bebé sufre de infecciones de oído frecuentes puede ser causado por uso excesivo del chupete. En ese caso los doctores recomiendan ofrecerle al bebé una mantita para ayudarle a calmarse en vez del chupete. Hay padres que ofrecen a sus bebés mayores biberones con jugo para ayudarlos a calmarse. El jugo tiene azúcar y chupar jugo varias veces durante el día para calmarse terminará en visita al odontólogo por caries.
Es recomendable quitarle el chupete al niño entre 2 y 4 años de edad. Se debe hacer de manera paulatina, advirtiéndole poco a poco que el día llegará que tendrá que despedirse de su chupete porque ya es un “niño mayor”. Para los bebés que se chupan el dedo (o varios dedos) es recomendable eliminar el hábito hacia los 3 años de edad. Chupar el dedo cambia la estructura de la mandíbula, puede afectar el desarrollo del habla y puede causar deformidades en la manera que crecen los dientes.
Lee mucho e investiga. Armada con información siempre es más fácil tomar las decisiones correctas para ti y tu bebé.