La naturaleza es sabia. Al nacer tu bebé tu cuerpo ya está listo para alimentarlo con el calostro; el "oro líquido" que produce tu cuerpo. Está lleno de anticuerpos llamados inmunoglobulina (IgA) que protegen las membranas mucosas del bebé; su garganta, pulmones e intestinos. El calostro también tiene leucocitos que protegen al bebé de peligrosos viruses y bacterias. En general el calostro contiene menos lactosa y más grasa que la leche materna madura.
La producción del calostro dura aproximadamente 3 días hasta que te baja la leche materna con la que alimentarás a tu bebé durante el resto de la lactancia. Si por alguna razón tu bebé no puede o no es capáz de ingerir el calostro, existe recogedores de calostro diseñados específicamente para salvaguardar tu precioso oro líquido. De esta manera tendrás asegurado todos los beneficios que el calostro aporta para cuando tu bebé lo pueda consumir.
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