Los científicos llevan más de 30 años estudiando el aprendizaje fetal en el vientre de la mamá y sus conclusiones son fascinantes. En este artículo comparto con ustedes las conclusiones de algunos estudios científicos que seguramente ustedes encontrarán igual de interesantes que yo.
Investigadores de la Universidad de Helsinki en Finlandia sostienen que los sonidos escuchados en el útero pueden moldear el cerebro del feto antes de nacer e influir después en el desarrollo del lenguaje y el habla. A partir de la semana 27 de gestación tu bebé ya escucha lo que sucede en su entorno. Aprende a reconocer la voz tuya y la de su papá y aprende a reconocer el idioma en el que hablas. Un dato fascinante; el primer llanto del bebé cuando nace ya tiene las entonaciones e inflexiones, la prosodia, características del idioma de sus padres. Un bebé francés llora en nota creciente mientras que un bebé alemán llora en nota decreciente, así imitando las entonaciones del idioma de sus padres.
En otro estudio, esta vez en la Universidad de la Florida en EEUU, los científicos comprobaron que el feto tiene recuerdos y aprende antes de nacer. Midieron a las 34 semanas de gestación la frecuencia cardiaca del feto durante la grabación de una voz femenina repitiendo el mismo ritmo que la canción que les cantaba su mamá en casa. Si el ritmo cardiaco se aceleraba los investigadores lo atribuían a que el feto no conocía la canción, si el ritmo disminuía entendían que la canción sí le era familiar. Repitieron el mismo experimento a las 38 semanas y se dieron cuenta que a los fetos les bajaba la frecuencia cardiaca cuando escucharon la misma canción. Es decir, se acordaban del ritmo que escucharon cuatro semanas antes.
La periodista y científica americana Anne Murphy ha investigado el desarrollo del feto en el vientre. Entre sus conclusiones se encuentra el aprendizaje de olores y sabores. Ha sido demostrado que al nacer los bebés prefieren los sabores de la comida que más ha ingerido su mamá durante el embarazo. Esto indica que podemos enseñarle a comer sano a nuestros hijos desde antes de nacer.
Murphy también ha estudiado cómo el estrés de la mamá influye en el desarrollo del feto. Los fetos son capaces de percibir situaciones de tensión por lo que es muy importante que la mamá evite el estrés durante su embarazo. Desde el vientre el feto puede intuir si va a nacer en una casa de abundancia y seguridad o de escasez y amenazas. Otros estudios han comprobado que los fetos de mamás que no desean el embarazo se vuelven nerviosos y se mueven más.
Enfoca tu embarazo en ser una etapa maravillosa de aprendizaje para ti y también para tu bebé. Háblale mucho, cántale, escucha música clásica que los relajará a los dos. Toma paseos al aire libre, practica la natación, lee libros o incluso toma una clase de arte si puedes. Todo lo que estimule tu felicidad, tu paz y tu bienestar tendrá un efecto positivo en tu futuro bebé.